Thursday, February 26, 2009

A la Muerte XVI...

"¿Cuántos sueños más debo soñar para mantenerte conmigo por siempre? La ilusión y la imaginación se acaban a medida que mis segundos mueren, mientras la monotonía de la sociedad me corrompe y me hace cada vez más suyo. Quizás sí sea un arranque de fantasía la batalla que he creado enteramente sólo por ti, pero es todo lo que tengo hoy en día, mi amor..."

Suspiros son lo que se logra escuchar en las tierras de nadie, y un Caballero llorar...

"¿Qué tengo que hacer? Dímelo. Dímelo, por favor. Mi corazón va gimiendo de dolor y mi paciencia se acaba con los diez mil años que he estado aquí, por ti. ¡Envíame una señal por Dios! Maldita impotencia... porque a la larga, eres tú absoluta, y yo, una memoria pasajera."

Y el Caballero cae de rodillas...

"Sería irónico, y cómico, que Ella llegase primero que tú. Y también el pensar que tú fuiste regalo divino de sólo algunos que creo que ni siquiera te merecían, pero amor... ¿estoy incluído en esa lista indigna? Mi mente envejecida se está hartando de saber injusticias cada día. Del padre que predica durante el día y durante la noche viola a un pobre infante. Del mendigo que pide misericordia en forma de dinero y quizás termine siendo el hombre más honrado de todo el mundo. De los millares que fallecen asesinados por cosas que ni siquiera hicieron. De los millares que están deambulando, indignos, en las calles de nuestro hoy, manchando de negro nuestro existir. De las guerras habidas y por haber... Me encantaría detener todo esto por sólo un segundo y lograrte encontrar con mis propios ojos, en la pausa universal más bella que haya existido, y poder tenerte entre mis brazos al fin, preciosa.

Heme aquí. Tenme, gózame... yo aún espero y batallo en el negro infinito de mis días. Mi único deseo ahora es que Ella no llegue primero que tú... Sólo eso... por favor cielo mío..."

El Gran Guerrero se queda arrodillado, esperando lo impredecible.

1 comment:

Aиgela Fernández Ríos said...

^^ el día que el caballero se pare, se heche el pelo hacia atrás, se limpie la sangre de la ropa, la sangre de la conciencia;
y mire al enemigo un buen rato y se parta de la risa... disfrute el momento y se de cuenta de lo ridículo de la situación.. y el enemigo se le una, y simplemente rían como viejos compadres que son, ese día en que la muerte ya no será tema, no. Para él y el enemigo será tiempo de disfrutar la vida.

Ese día... realmente dará un giro impresionante la historia del paladín.

^^ te kiero hermanito!!