“Tantos años deambulando en la Tierra y, sin embargo, no logro entender aún este acuerdo mío con Dios. Sí, hice un trato con él. Él no me hablaría, a cambio de una luz de esperanza de estar con ella.
‘Tienes miedo a la soledad.
Tu mirada vacía.’
Cosas que deambulan en mi mente.
Hoy no hay batallas. Es sólo yo, postrado en una cima, arrodillado hacia el horizonte, con mi espada enfundada, y mi escudo a mi espalda.
Me estoy preparando… una nueva batalla se avecina… ¿cuántos caerán?
Oh, cómo necesito la luz del ayer.
Oh, cuánto necesito la moral de mis viejas batallas, sin importar si fueron victorias o derrotas. La fuerza de luchar sólo por luchar, y nada más. Que no dijeran “cayó en vano”. Para que no dijeran “fue uno más”. Porque todos, tarde o temprano, aprenderán que para comprender la vida de un Guerrero, es por medio de sus propias batallas. Cómo las luchó. Cómo las derrotas lo humillaron. Cómo las victorias lo enaltecieron. Los días y noches que gastó levantando su espada en el aire. La emoción que expresa al cargar contra su oponente. El fragmento de Universo que está bajo su poder… y la mujer que ha reclamado sus pensamientos como territorios conquistados…”
Friday, November 28, 2008
Tuesday, November 18, 2008
Las cosas...
“Tú me recuerdas esas cosas dulces. Las únicas. Las raras. Esas cosas cantadas de tiempos antiguos. Las cosas descubiertas y maravilladas por tantos. Las cosas con forma de Luz que inspiran a unos tantos más. Las cosas mías, las cosas ajenas. Las cosas de blanco que de vez en cuando le viene bien algo de negro. Lo de negro que quizás le venga bien algo de blanco.
Tú me recuerdas tantas cosas. Las cosas brillantes. Las cosas opacas. Las cosas que de por sí mismas son bellas. Las cosas dependientes también. Las cosas invisibles y las abstractas. Las que toco y las que estoy por tocar. Las cosas mencionadas. Las cosas aún no contadas. Las cosas que debo poseer. Las cosas que nunca tendré. Las cosas soñadas. Las cosas ya cumplidas.
Tú me recuerdas un sinfín de cosas. Las cosas que me han enseñado. Las cosas que aún ignoro. Las cosas renombradas. Las cosas sin nombre. Las cosas tontas. Las cosas ingeniosas. Las cosas detalladas de las que he dado mi vida entera queriéndolas.
Tú me recuerdas muchas cosas. Tú me recuerdas todo…”
Tú me recuerdas tantas cosas. Las cosas brillantes. Las cosas opacas. Las cosas que de por sí mismas son bellas. Las cosas dependientes también. Las cosas invisibles y las abstractas. Las que toco y las que estoy por tocar. Las cosas mencionadas. Las cosas aún no contadas. Las cosas que debo poseer. Las cosas que nunca tendré. Las cosas soñadas. Las cosas ya cumplidas.
Tú me recuerdas un sinfín de cosas. Las cosas que me han enseñado. Las cosas que aún ignoro. Las cosas renombradas. Las cosas sin nombre. Las cosas tontas. Las cosas ingeniosas. Las cosas detalladas de las que he dado mi vida entera queriéndolas.
Tú me recuerdas muchas cosas. Tú me recuerdas todo…”
Wednesday, November 12, 2008
Cuando todos los caminos llegan a un mismo lugar...
Anduve deambulando por días y noches, con mi sombra como leal compañera. Y en el final de mi sendero, no llegué a ninguna parte. Sólo me devolví de donde empecé. Esto me dejó con unas cuantas preguntas circulando por mi cabeza, y, a la vez, unas tantas conclusiones. Una de ellas sobresale de todas:
Todos tenemos miedo de enfrentarnos a la vida. Cada vez que la vamos experimentando, es un poco más de miedo. Miedo de volver a perder. Temor de volver a caer. Porque en el lugar y en el minuto, con el alma enaltecida, dimos todo nuestro yo por lograrlo... y caimos. Y volvemos a caer. Ante esto, cada uno toma una decisión, y ésa será el comienzo de un nuevo sendero quizás, o simplemente el mismo más fortalecido. Unos toman el camino fácil, otros el desafiante. ¿Quiénes quedamos al final...? Los tercos. Los ambiciosos. Los que no aceptan la derrota como un NO eterno. Así estoy yo.
Que la vida sople sus vientos huracanados contra mí. Soy una montaña que no piensa moverse.
Mi libro (a punto de ser finalizado) es mi mejor carta. Mi mayor creación, y mi más gran orgullo. Éso será mi legado ante la vida. Y aunque caiga y no vuelva a levantarme nunca más, no me podrá borrar mi recuerdo. El personaje y su historia, la historia de su vida, vivirán por mí. Él vivirá por siempre, y ésta es, lejos, mi mayor victoria ante la batalla de la vida.
Now playing : Globus - Preliator
Todos tenemos miedo de enfrentarnos a la vida. Cada vez que la vamos experimentando, es un poco más de miedo. Miedo de volver a perder. Temor de volver a caer. Porque en el lugar y en el minuto, con el alma enaltecida, dimos todo nuestro yo por lograrlo... y caimos. Y volvemos a caer. Ante esto, cada uno toma una decisión, y ésa será el comienzo de un nuevo sendero quizás, o simplemente el mismo más fortalecido. Unos toman el camino fácil, otros el desafiante. ¿Quiénes quedamos al final...? Los tercos. Los ambiciosos. Los que no aceptan la derrota como un NO eterno. Así estoy yo.
Que la vida sople sus vientos huracanados contra mí. Soy una montaña que no piensa moverse.
Mi libro (a punto de ser finalizado) es mi mejor carta. Mi mayor creación, y mi más gran orgullo. Éso será mi legado ante la vida. Y aunque caiga y no vuelva a levantarme nunca más, no me podrá borrar mi recuerdo. El personaje y su historia, la historia de su vida, vivirán por mí. Él vivirá por siempre, y ésta es, lejos, mi mayor victoria ante la batalla de la vida.
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