Friday, October 26, 2007

El Gran Día...

"Se sienten los jadeos. El rechinar de las placas de acero. El Caballero inspirándose en sus emociones y en la mujer que abunda en todo su ser completamente, cruzando el infinito campo de batalla, derrotando al innumerable enemigo presente. Mientras tanto, el ángel lo observa, detenidamente. Se pregunta: '¿Cuál fue el día en el que este hombre cualquiera se convirtió en este gran ser? ¿Cuándo fue que adquirió tal valentía, coraje y valor?' El portador de la Gran Armadura, el responsable de ser el verdadero Mártir del Sacrificio, el verdadero devoto único de su propio amor... "¿cuándo fue?" se pregunta el ángel. Irrumpe en su pasado, buscando el momento exacto... y lo encuentra. Un pobre muchacho, común y corriente... colegial. Mocoso para muchos. Hijo de un padre estricto y mortal. Sólo posee a su madre de apoyo. Desesperado. Solitario. Débil. Infeliz. Se considera así mismo insignificante. El ángel no logra comprender por completo que este niño sería quien lo sorprendería en el arte de la dignidad, cargando la espada como vía de felicidad. Entonces logra comprender por qué...

Ella. La niña. Su niña. Su mayor anhelo, sueño y deseo. Sin concepto ni significado alguno conocido. Indefinible. Indeterminable. De tez blanca... divina. Como porcelana de cristal. De un mirar que salvaría al pobre desgraciado de las mismísimas fauces del infierno. De labios gruesos, color carmesí. Imperfectamente perfecta. Un error que Dios cometió, pero que no quiso corregir, porque así tal cual estaba perfecta. El ángel está pasmado. Perplejo. En la memoria del hombre, hay un día remarcado... un 22 de Septiembre. Ése es el día. Ése fue el gran día. La entrega voluntaria del niño. La transformación de hombre a Caballero, y sólo necesitó tres palabras de ella:

'SI TE AMO'"

Sunday, October 21, 2007

Cuando se trata de ti...

"Pienso frecuentemente, cuando se trata de ti, mi niña, de dedicarte algo... ¿pero qué? Cuando se trata de ti, no es escribirte unos cuantos párrafos, o libros, mi amor. Cuando se trata de ti, no es de bajar estrellas, o cruzar océanos. No se trata de... no lo sé amor... de derrotar a millares de hombres que atenten contra vos. Cuando se trata de ti, no es construirte un Universo nuevo. Cuando se trata de ti, no es lucharte cada día como realmente te lo mereces. Demostrarles a todos que lo imposible lo puedo cumplir, cuando se trata de ti. Cuando se trata de ti, tampoco es salvar cada alma de los pecados, ni menos tratar de salvar la mía de ti. Sí, mi amor, de ti misma, maldita hermosa bendición. No. Cuando se trata de ti, este conjunto de ideas para dedicarte, no están ni a tus pies. Y aunque me las pidieras, seguiría así. Lo siento mi amor. Sólo te tengo este corazón y unos cuantos infinitos de "te amo" ... ¿te son suficientes?"

Friday, October 19, 2007

Para Dominique...

"Antes de que el Caballero marchara, escribió una carta y la dejó sobre las únicas flores que se encontraban en el campo de batalla. Mientras se alejaba, un ángel, curioso, dio a la carta... y la leyó. Decía:

'Para Dominique. Para la mujer que conquistó todo mi ser. Se avecina mi hora, amor. Se acercan y debo enfrentarlos. Pero antes, quería dedicarte unas cuantas palabras siquiera, mi niña, mi amor, mi todo.

Oscuros son estos momentos, mas tu imagen pálida e invicta los ilumina. A ti, a quien amo, te confieso que miles de corazones de otros amantes nos envidiaron. Sí mi amor, nos envidiaron durante esas horas donde fuimos nosotros y nada más. Yo fui tuyo. Tú fuiste mía. Todo el Universo conspiró contra nosotros, pero les dimos batalla, como ahora la doy por ti. Cada instancia bendita de ti ha sido un milagro en mi vida. Cada palabra tuya una canción diferente. Y cada sueño una ambición. He peleado contra los mil infiernos existentes, y pelearé contra otros mil. Tu silueta yace en mí como esencia pura... como el acero de esta hoja a su espada. Me das fuerza... y muy bien sabes, mujer mía, mujer querida, mi mujer amada, que sacrificaría todo por ser el mediador de tu felicidad, aunque me conforme con una sonrisa tuya, con tus oceános que desatan olas de encantos, con las hojas de cristal minúsculas que invaden cada centímetro de tu piel... de tu cuerpo... y de un afán... de mis labios tristes que nunca han conocido los tuyos. Ahora, bien quisiera un último mirar tuyo, que me digas esas dos palabras una última vez...

Ya vienen. Esta espada, esta armadura, este escudo y este cuerpo servirán bajo tu nombre único. Servirán bajo el nombre de nuestro amor que está fuera de todo conocimiento conocido o por conocer... y moriré con gusto por él... moriré con gusto por tí.

Te amo. Adiós.'

Triste, el ángel dejó la carta y divisó hacia lo lejos alguna señal del Caballero. Se había perdido entre el horizonte... y el ejército que se aproximaba. Sólo logró escuchar un grito de guerra, y unas hojas de espada chocar..."

La última marcha...

"Ya no es batalla... es una guerra total. El pobre Caballero observa impotente la nueva estrategia de quien parecía ya derrotado. Arriesgándolo todo, ha enviado al campo de batalla su última fuerza. ¡Oh maldita sea, el Caballero está solo! Se avecina lentamente un amanecer rojo para este Gran Guerrero. Entonces es cuando aprecia lo inevitable. A pesar del fuego, de las tinieblas, de la tormenta... de la sangrienta mañana, él empuña su espada... y comienza su última marcha...

- Por tí, mi amor... por tí..."

Te amo...

Monday, October 15, 2007

Coraje

"Coraje...
Yo tengo un concepto de coraje. Varios lo afilian al mero hecho de enfrentarse solos a miles. Estar frente a la boca del dragón, a las fauces del infierno. Pero no. El coraje de este Caballero no es desenvainar su espada y derrotar a millones. No es caminar en medio de la incertidumbre. Su coraje tampoco es estar entre lo ajeno, ni es tratar de vencer lo invencible. Mi coraje nunca ha sido el sobrevivir cada campaña que posee la vida contra mí. No. Mi coraje es más sencillo, más simple, pero a la vez, más complicado. Más difícil de acarrear. Más imposible de ganar. Mi coraje es tenerte entre mis brazos, mi amor... mi coraje... es sólo besarte. Es sólo quererte. Atreverme a acercarme... atreverme a tocarte. Llenarme de valentía para rozar ese fuego tuyo. Mi coraje... es amarte."

Saturday, October 13, 2007

A morir...

"Helo aquí, sentado... descansando de la batalla. La dulce trinchera que alberga la paz. El Caballero aprovecha el tiempo para meditar... ¿por qué está aquí?... ¿por qué lucha?... ¿por qué batalla con tanta pasión y afán? Entonces fácilmente recuerda: Ella. No logra comprender el todo de sus sentimientos, de sus emociones. Su existencia se basa en un solo ser que no logra tocar por ahora. Las palmas de sus manos buscan desesperadas ese bendito terciopelo de su piel, tocando una hoja... o hundiéndose bajo el agua. Hermosa sensación. Cualquier buen Caballero sabe que se puede perder fácilmente la moral en el campo de batalla y así olvidar la razón de su combate. Pero éste no. Su devoción es infinito mismo. Sabe que con cada vaivén de su espada, es un paso menos que dar. Sabe que con cada enemigo derrotado, se acerca más y más. Sabe que con cada victoria, es una nueva oportunidad... una nueva oportunidad de dar a ella. Y ya puede levantarse una vez más... su imagen está en todo y en todos. Inserta en lo incierto, bendita en lo maligno. Agua que cura todo rastro de fuego, incluso el de nuestro Caballero. La debilidad de la cual gusta... un vicio. Un vicio a voluntad. Le gustaría saber porqué la quiere. Porqué la ama. Porqué la desea. Porqué la necesita... porqué cada palabra que cruza por sus enamorados pensamientos posee su esencia. Una dulce obsesión.

Resuena en su mente.

-Te amo. Te amo. Te amo.

La cree con ella. La imagina abrazándola.

-No te dejaré. Nunca.

Y alucina besándola... con el silencio como el más fiel aliado existente... por unos cuantos segundos. Y le promete...

-Por ti... hasta la muerte.

Desenvaina una vez más la espada, gritando en medio del campo de batalla. Contra el viento, contra el fuego, contra todo... a morir."

Monday, October 08, 2007

Resurrección...

"Los respiros recrean la saga de la vida. La mano recupera su vieja fuerza y la moral se reestablece. Los ojos se abren lentamente, ardiendo bajo la luz encandiladora. La espada se desenvaina... bellamente... como el arco iris apareciendo entre el sol y la lluvia. El escudo, acero de héroes, se acomoda en el brazo izquierdo... decidido. El yelmo cae orgulloso en su cabeza... dispuesto. La armadura se blande ante su cuerpo. El tiempo de gloria ha vuelto para el viejo Caballero. Una rosa cae. Él la recoge, y la lleva consigo en su corazón. Debajo del escudo, pero encima de todo. Encima del mismísimo mundo que lo ha acogido. El descanso ha terminado... es tiempo de batalla...

- Voy por ti mi amor... voy por ti.

La armadura será fría, pero cálido su corazón... la siente con él. La desea con él. La quiere con él. Devoto, reza por unos cuantos minutos por ella. Comienza una vez más la larga travesía, la difícil jornada, el riesgoso viaje del amor. Seguro, decidido, fortalecido... susurra su nombre... lo recita con ahínco... y comienza a caminar..."

Thursday, October 04, 2007

Estos días...

Días homogéneos. Días aburridos. Días de uno... no de dos. He vuelto al tiempo sin sentido, al sendero sin rumbo... y, sim embargo, cierta parte de mí todavía la siente conmigo, palpable... a pesar que mis manos y mis labios la desconozcan completamente. Sólo tengo de ti humildes imágenes. Me aíslo para recordarte mejor... buscando en los alrededores algún girasol.

Anoche me lo dijiste. Tres veces. Ignoré por segundos los miles de kilómetros que nos separaban. Hermosa ficción. Pero ahora, hoy, aquí... he de sufrir el peor de los castigos. Me lo merezco. Actitudes y decisiones patéticas, dignas de un derrotado. He de pagar el maldito precio, y cuando toda sangre envenenada haya sido derramada por completo, volveré... volveré por ti. Te batallaré como nunca antes lo había hecho... porque los días de gloria de este exhausto caballero esperan impacientes su arribo, y no los hará esperar. No más...

Te amo...