Sunday, July 20, 2008

Vuestra memoria...

“Oh cómo te amo aún, a pesar que la memoria es mi único escape de este maldito mundo. La rememoración de lo pseudo-bello, invencible e inaudito, al toparme contigo, entre nubes y sueños. El escape divino de estos días infernales, como el sorbo de agua en medio del más inmenso de los desiertos existentes sólo en esta vida mía, corazón. Los siglos y milenios de historia me advirtieron de ti, preciosa, mas la lágrima ensangrentada es mi respuesta, después de tantos años vividos entre las trincheras y la miseria.

No hay mañana. No hay ayer. Sólo una eternidad de obsesión a tu ser, condenado a amarte. Maldito de verte en el día a día, en los rincones, en las fronteras, en los horizontes entre el día y la noche, entre el mar y el sol.

Me volvió loco tu dulce voz. El eco angelical de éste, golpeando cada partícula de mi cuerpo, carcomiéndome y pronto… de nuevo renacido.

Conseguí una victoria. Si que lo hice, corazón. Algo de orgullo, algo digno de mí: Tenerte entre mis brazos, unos cuantos días siquiera, pero tenerte… ¡no imaginarte corazón, sino tenerte! ¡Qué delicia más grande! Mis manos fallecidas sintiendo el calor del amor. Percibiendo el cálido mensaje de cariño y afecto de tus propios pensamientos. Escucharte sin que tú hablaras…

Tu recuerdo, tu memoria… es lo único que me mantiene de pie, que me mantiene vivo. Es el amuleto de mi corazón, colgando de él, dependiendo de él, brillando en él. Eso eres, eso fuiste, eso serás, vida mía.

Oh cómo te amo aún…

Amar un recuerdo, amar una escena de mi memoria… ¿será de locos? Si es así, entonces soy un demente. Un maldito psicópata del amor, quien deseó alguna vez poseerte, preciosa, contradiciéndose a sí mismo en brindarte la mayor libertad de todas, amándome y amándote a la vez.

Oh cómo te amo aún… a pesar de no realmente hacerlo, como solía ser siglos atrás. Volver a las tierras enrojecidas de mi campo de batalla, contigo como motivo, contigo como mi misión, ¡qué exquisito! Volver a sentir la fuerza de antes…

Pasarán milenios, y nada logrará olvidarme de vos, porque siempre has sido y serás la chica de mis sueños. La loca y bellísima ilusión que pasó delante de mis entristecidos ojos por un instante, y renovó totalmente mi existencia.

Oh cómo te amo aún… oh cómo te recuerdo… oh cómo te extraño…”

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