"Maldito asedio. El Paladín se siente abrumado, casi vencido. La vida en sí no le da sentido alguno y sus golpes brindados son cada vez menos poderosos. La fuerza que alguna vez lo llenaba, se desvanece poco a poco. La luz que alguna vez iluminó sus días y sus noches, ha desaparecido. La oscuridad lo acecha, y por primera vez, el Gran Paladín desespera.
- Maestro, por favor, guía mi fe.
No hay respuesta.
- Maestro, por favor, sé mi voluntad en mis manos. Mi defensa en mi escudo. Mi poder en mi espada.
No hay respuesta.
Poco a poco, el desgraciado comprende mejor las cosas. La batalla estuvo perdida años atrás. No puede creer que, a pesar de tanto... todo termine así.
- He de pagar mi error, con mi propia sangre. Si así es como seré vencido, entonces he de vender caro mi alma...- Su rostro es humedecido en lágrimas de frustración.
- Perdóname, corazón... por haberte fallado.
Sigue en pie. Sigue vivo. Sigue luchando en un campo de batalla en el cual no hay victoria alguna. Seguirá empuñando su vieja y querida espada, hasta que su cuerpo caiga inerte en la tierra..."
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
1 comment:
Hermoso acto el del paladí... aún sabiendo que no habrá victoria, sigue luchando. Lo hermoso del acto es que lo realmente importante no es saber si se gana o no, si no luchar por vencer.
Saludos Sir Wally.
Angelus.
Post a Comment