Lo siento, Querida. Anoche me postré entre estrellas, buscando de nuevo esa flor que quizás no volveré a ver otra vez...
Me preguntas cómo es esa flor tan particular. Con sólo decirte que ha conquistado cualquier locura que cruza por mi vieja cabeza, es darte una mera idea (y los ángeles vestían de blanco... y verde). Traté de volver, mas no pude amor. Lentamente logro olvidar tus curvas. Mi corazón de caballero se ha vuelto a enaltecer, levantándose de las cenizas de viejas batallas. Ay querida, temo envolverme en telas caprichosas. Tú conoces los finales. Tú conoces mi final, y si bien me permites decirlo, podría finalizar mi existencia, defendiendo cada pétalo de esa flor.
¿No te gusta la idea? ¿No te gusta mi frenesí de encanto? Lástima. Con el tiempo comprenderás porqué te amé tanto, porqué te había deseado tanto, y también comprenderás, temor de todos los hombres, porqué estoy pensando en ella...
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment