”Hoy tendré el placer de verte. Quizás no haya pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi, pero para mí fue una pequeña eternidad. A horas de verte y ya desespero. El profesor sigue enseñando y yo escribiéndote. No me importa mi futuro, me importas tú.
Parece que todo se desmoronara, hasta que por fin te veo. Tus perlas me guían a la salvación, a mi paraíso.
Ya lo sabes… lo sabes todo. También esas dos palabras, como quien se ahoga del fuego. Mi corazón logró vencer al maldito nerviosismo. Mi cuerpo temblaba y a la vez ardía de desesperación. Al verte, la primavera invadió mi desconsolada alma. Sólo quería tomar tu mano y escapar contigo al infinito de mi corazón. Sólo quería regalarte todo con mi mirada. Pero ahora aquí, escribiéndote, mi mano sólo toca aire… y mi todo llora. Este amor… preciosa mía…lo cocinaré a fuego lento. Aunque duela, seré tu fiel compañero.
No amor… no digas nada. Sólo mírame. Ponte enfrente de mí, a milímetros de mis labios, y mírame… no mates la ilusión…"
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