"¡A la carga!" gritan los hombres.
Y toda una estampida,
como un ariete furioso,
choca contra otro.
Veo hermanos caer.
La furia...me controla.
Sólo quiero rojo.
Rojo.
Rojo.
Pienso en los recuerdos olvidados,
y sólo quiero más rojo.
Pero caigo al suelo.
No puedo levantarme.
Y otra vez invaden los recuerdos olvidados.
La fuerza y la furia me controlan ahora.
No siento nada.
Sólo el baile de mi espada.
Ignoro rostros.
Rojo.
Rojo.
Y mi armadura adquiere ese color.
Me siento fallecer.
Pero los recuerdos olvidados no cesan su punzante ataque.
Quieren venganza.
Quieren rojo.
No lo tendrán.
¡Jamás!
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