"Mariposa mía, que rara vez te posas en mi mano, te tengo un encargo, una encomienda de amor.
Dile a mi niña, sí a ella, que destruya los asaltadores de nuestros momentos.
Dile a mi niña... que no deje de cultivar lunas y estrellas.
Dile a mi niña... que no deje de viajar conmigo a otros mundos.
Dile a mi niña... que detenga la matanza de mis sentidos.
Dile a mi niña... que iré por ella.
Dile a mi niña... que la amo."
Y la mariposa vuelva, a manos desconocidas, de forma de luz...
-Caballero exhausto y hastiado...
Caballero desaventajado y rodeado...
Caballero idealista y enamorado...
Ve por ella...-
"Sí, Maestro..."
-Verás que es dulce el jugo de las uvas que crecen en medio de espinas.
Verás que el sol es mucho más bello aún naciendo de la oscuridad...
y verás que es indescriptible el momento en el cual la tengas en tus brazos.
La victoria será tuya, Gran Caballero,
y tuya será la gloria de su recuerdo eterno...-
Y el Caballero retoma la moral que se creía perdida.
Le dará la batalla de su vida al Enemigo Digno...
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