"No debo acelerarme. El guerrero no gana una batalla por derrotar rápidamente a su enemigo, sino por la estrategia formulada.
Y es que en sí el amor es una estrategia... es esta lucha eterna que poseo. Ella se llama... no... no puedo decir su nombre en vano. No quiero, no puedo, no debo perderla. Ya me di cuenta de mi misión a cumplir: Alegrarla, entretenerla, distraerla, llenarla de una dicha inimaginable, que conmigo sienta lo que con nadie ha sentido antes... y mi recompensa será mi propia felicidad...quizás ella misma.
Creo que fue el fin de semana más largo que he tenido. ¿Por qué será?... ¿porque la soñé, la imaginé, la pensé... la sentí conmigo? Quiero... no... quiero suena banal... deseo ser un caballero de la luz, el caballero que es para ella, para llenarla de dicha y defenderla a toda costa... aunque, como dije antes, perdiera la vida en el intento.
Creo que sólo con un acto de devoción podré ganarme su confianza... creo...
Como decía la canción:
"Y no sé, y no sé, y no sé... si amarte o retroceder..."
Te amo. Y bien quisiera que el amor que te brinde sea tu felicidad. Ese es mi mayor anhelo. Por ahora me resigno a verte y quemarte con mi mirada, encontrando en ti el reposo, la dicha, la exterminación de la soledad. Que me mires con tus ojos morenos, que me tomes mi mano cicatrizada de batalla con la vuestra. Y que me beses con tus labios llenos de vida...
¿Seré superficial?... quizás... quizás sólo resalte vuestros detalles físicos, pero me encanta vuestro ser..."
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