Monday, March 19, 2007

Confesión

“Quizás qué pensarás de mí después de esto…

Al recordar tu hermosa silueta, mi niña, me invaden imágenes de tiempos recientes… tú una vez dormiste a mi lado, y yo no pude sino admirarte en tu plenitud mientras mantenías cerrados tus ojos. No he podido resolver el misterio de tu mirar, la exquisitez de tu piel, el sabor de tus labios… tú, mi enigma más querido.

Te quiero, te quise y te querré, palabras que te repetiré una y otra vez, y creo que no me cansaré… te las puedo escribir, gritar, decir, dedicar… lo que sea, pero después de todo, siguen siendo pobres... Oh querida mía, te pido ayuda. Ayúdame a saciar esta sed de pasión, ayúdame a saciar esta sed de amor, ayúdame a saciar esta sed de cariño, ternura… esta sed de ti… ya la luna no me sirve, mi amor, ni el mar, ni el sol, ni el cosmos…

Esta botella me ayudará a encontrarte… estoy perdido sin ti… náufrago en la isla de mi corazón.

Se desborda mi amor por ti en mis lágrimas que caen incesantemente… en la sangre que fluye en mi cuerpo… y en la que he derramado… No pienso renunciar a ti, aunque me cueste la vida misma. Sólo tengo de ti un pequeño retrato y los espejismos breves que acosan mi mente. ¿Ya habré enloquecido?


Te amo…

Oh carta querida, siente la dicha de estar en sus manos, en sus divinas manos, dicha que no puedo disfrutar por ahora… sé feliz por mí, carta querida, de ser admirada por sus ojos mientras que leen mi señal de auxilio…

Ya la derrota se aproxima…

Veo borroso y me siento caer, pero sigo palpando tu piel en mi cabeza…

Ten calma amor, ya me voy...

Sólo quería que supieras que te amo…

Me voy…

Adiós…”

No comments:

Post a Comment