"Nada será lo mismo". Esto digo cuando observo la luna, lloroso, y lo repito un par de veces más, creyéndolo menos cada vez que lo digo. No me resigno aún, ni menos asumirlo o asimilarlo. Me quiebro en vez e eso. Me quedo de pie, quieto, en mi oscuro dormitorio. Luego fácilmente doy con mi cama, dejándome caer en ella. Entre las sábanas siento tu aroma, o al menos así lo quiero sentir, olvidando la crueldad, la brutalidad... y te amo. Malditas palabras que lanzo al aire, a la tierra, como botellas de alcohol quebrándose en las rocas. Mi cuerpo entre ellas.
Observo mis cosas en la oscuridad. Todo me recuerda a ti. Los libros... los ídolos...
Así quiero irme. Los ojos abiertos o no, es la oscuridad misma quien me cobija en sus sombrías alas. Que me lleve lentamente a mi rincón, mi lugar, mi merecido destino. Allí te esperaré, paciente e intranquilo. Mi magnífica cruzada llega a su fin. Digno, me retiro. Mi plan para conquistarte y hacerte mía ha sido un total fracaso...
No comprendo aún... ¿En qué fallé, si te amo?
Relaten mis batallas. Son todo lo que me quedan: Relatos de un Caballero...
Adiós...
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment