¡Cuánta ironía! Estas malditas adversidades que se presentan a mis ojos, a mis manos, siendo borradas minuciosamente por la paz y tranquilidad de este bendito lugar. ¿Qué pensarás de mí, Querida? Amada contradicción de negro. ¿Qué será de mí ahora, que mi alma se aferra a algo tan volátil y tan glorioso a la vez? Ése es el verdadero problema... ¿verdad? El vivir de tanta oscuridad circundante, y el sólo ser testigo de una suerte de luz, brinda tanto gozo de repente.
Que sea correcto o no, no me importa. Por ahora, mi vida y mis batallas son de ella. Por ahora, tengo dos caminos: Convertirme en ángel... o en demonio.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment