“Las horas se extinguen lentamente, y yo, detenido en ellas, recuerdo el mayor de todos mis errores. El humillante precio que he debido pagar por mis actos…
¿Qué importan las otras batallas, las otras millones en las que puedo triunfar? Las Batallas en la vida siempre me han sido con motivos inmersos. Sin éstos, no son más que la rutina maldita.
Tantos siglos, milenios transcurridos, después de la mayor de todas mis Batallas, y aún los siento encima de mi espalda, cargándome la conciencia, matándome la poca vida que me queda. ¿Qué será de mí en un par de años más? Sólo el tiempo sabrá de ello.
Te quise, es cierto. Te amé, es más que verdad. ¿Pero de verdad te merezco…?
Una marcha oscura yace enfrente de mis ojos. Los cientos de miles me esperan, ansiosos, queriendo destruirme. No hay mucho que perder, siendo que nací para morir. Para enseñar a los que vienen detrás de mí lo que es dar la vida por amor…
Sí, quieren destruirme… no les daré ese gusto. Tu silueta aún me motiva, aunque no lo demuestre, preciosa. Siempre he vivido en desventaja, en intensa derrota, mas tus palabras, el recuerdo de tu voz, y el aroma de tu piel, me reaniman una vez más.
Creo que jamás acepté mi derrota, y creo que jamás la aceptaré. Viviré eternamente, en el infinito campo de batalla, luchando contra un enemigo nunca pensado en ser derrotado…
… que así sea…”
Todos nos merecemos lo que deseamos o lo que queremos...¿por qué?... por que todos luchamos por eso... inconscientemente. Despues de tanto esfuerzo... tanta lucha eso es nuestra recompensa...
ReplyDeleteAl final...
lo que deseamos lo recibimos por que realmente lo merecemos...
Sigue asi, escribes precioso ...
saludos