"Helo aquí, sentado... descansando de la batalla. La dulce trinchera que alberga la paz. El Caballero aprovecha el tiempo para meditar... ¿por qué está aquí?... ¿por qué lucha?... ¿por qué batalla con tanta pasión y afán? Entonces fácilmente recuerda: Ella. No logra comprender el todo de sus sentimientos, de sus emociones. Su existencia se basa en un solo ser que no logra tocar por ahora. Las palmas de sus manos buscan desesperadas ese bendito terciopelo de su piel, tocando una hoja... o hundiéndose bajo el agua. Hermosa sensación. Cualquier buen Caballero sabe que se puede perder fácilmente la moral en el campo de batalla y así olvidar la razón de su combate. Pero éste no. Su devoción es infinito mismo. Sabe que con cada vaivén de su espada, es un paso menos que dar. Sabe que con cada enemigo derrotado, se acerca más y más. Sabe que con cada victoria, es una nueva oportunidad... una nueva oportunidad de dar a ella. Y ya puede levantarse una vez más... su imagen está en todo y en todos. Inserta en lo incierto, bendita en lo maligno. Agua que cura todo rastro de fuego, incluso el de nuestro Caballero. La debilidad de la cual gusta... un vicio. Un vicio a voluntad. Le gustaría saber porqué la quiere. Porqué la ama. Porqué la desea. Porqué la necesita... porqué cada palabra que cruza por sus enamorados pensamientos posee su esencia. Una dulce obsesión.
Resuena en su mente.
-Te amo. Te amo. Te amo.
La cree con ella. La imagina abrazándola.
-No te dejaré. Nunca.
Y alucina besándola... con el silencio como el más fiel aliado existente... por unos cuantos segundos. Y le promete...
-Por ti... hasta la muerte.
Desenvaina una vez más la espada, gritando en medio del campo de batalla. Contra el viento, contra el fuego, contra todo... a morir."
k lindo ^^
ReplyDelete=$
ReplyDeleteñoño XD
ReplyDeletete kiero :3
=$!!!!!
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