Tuesday, September 11, 2007

El descanso...

"Ya no hay más batallas. Ya no hay más luchas. El Caballero se encuentra ante una gran encrucijada: El total abandono de esta legendaria conquista... o el millón de años de espera. Por ahora, ha optado por la espera y se ha dejado llevar por su ilusa luz de esperanza. Espera cualquier milagro... el patético fantasma de la ilusión ha invadido una vez más al desgraciado. El viento lo consuela, como también las hojas que fallecen, creyendo que son sus dedos. Y la piensa... constante. La recuerda como un rayo de sol que atravesó su armadura y su corazón. En medio de la paz y la tranquilidad del combate, el Caballero dedica sus pensamientos a su amada. Su pensamiento es su espejo. Su dulce aroma emanado hasta en el más crudo invierno, hasta en el más sangriento campo de batalla, hasta en el más oscuro cementerio de árboles. Su melodía tocada en cada rincón del mundo, viendo las estrellas estremecerse por el violín de su voz. Inmerso en ella, el Caballero comienza su sueño. La siente junto a él... hecha de porcelana... real. El miserable de amor, aprende de ella, bailando con ella, cantando con ella, riendo con ella, imaginando la verdadera vida... la verdadera felicidad. Pero no la quiere soltar. Pobre hombre, sabe que sueña... y no la quiere soltar. El atardecer lo destruye... pidiéndole a ella "quédate..."
Se desvanece, entre rosas de hielo y luces. Entre paraísos y mares. El Caballero se despierta desconsolado... y comienza a caminar."

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