De profundis clamavi cor meum, epur cor tua non contestat, et anima mea non requiescat. A batallar una vez más...con mi lápiz como espada. La batalla, para los valientes, es un viaje sólo de ida.
Friday, May 18, 2007
Robo de miradas...
“Estuve presente en el divino santuario que acoge tu persona. Tu todo más bien. Y te tuve en brazos. Una y otra vez. No te quería soltar, como si la muerte nos rodeara. No sé si es una dicha o un sarcasmo… pasan los días… inertes. Gimiendo de dolor por tu ausencia. Te pienso infinitamente. La falta de ti es mi eterno martirio, porque posees la llave de mi corazón. La llave de la eterna salvación. Me robas miradas… constantes… Siento miles de gritos alrededor, pero el canto de tu voz las apacigua lentamente, como el viento acariciando cada hoja marchita. Hipnotizantes ojos y curvas… el dulce sonido de tu voz aclamando mi nombre en gritos de ternura y pasión, con el acto seguido de atraparme en medio de ti y plasmar inyecciones de cariño (¿o será amor?) en mi desgastado cuello. Benditas sean las mil emociones que trato de descifrar, en este misterio de amor, por sólo mirarme. Siento que me invaden miles de manos invisibles en todo mi rostro. Lentamente me reviven… lentamente.”
primero tengo la dicha de tener al trovador en persona leyendo solo para mi palabras qe junto a otras formaron frases demasiado lindas.. qe casi me hacen sacar lagrimitas..
ReplyDeleteluego qe mejor qe compartir con migo ese rabo de nuve donde hechas a volar tu imaginacion y desde donde puedes contemplar a todo un imperio lleno de catarsis
no me des las gracias...
soy yo la agradecida.....
Debo en esta ocación agradecer las contribuciones desinteresadas a la causa de este humilde Rey de mi gran amigo Sir Wally. Una vez más Ludovico se estremece ante la prosa del gran Caballero Poeta. Valiente Señor nuestras batallas se cruzan y este Rey se dispone a redoblar esfuerzos sin estrategias vanas que lo alejan de la victoria que al fin se acerca a paso lento pero firme. A veces los ojos se humedesen ante el dolor de una estocada pero la moral se levanta para defender lo propio y le arranca el corazón al enemigo para devorarlo de un mordisco la guerra es nuestra camarada.
ReplyDeleteLudovico Pío