“¿Qué digo? Estoy neutro, gris por dentro. El ocio mata mis días y la vieja gracia del amor ya no existe. Desdichado mi corazón que no encuentra consuelo en figura alguna y más desdichado es al admirar aquélla perfecta ya comprometida. Debería cegarme. No te quiero, pero te amo. No te deseo, pero te necesito. Ella no tiene nombre aún, y a este paso jamás lo tendrá…
No he perdido la esperanza, pero ésta se ha ido de mí…¿la ahuyenté acaso? No lo sé… nunca lo sé, quizás nunca lo sepa. Son cosas de la vida que no comprendo… ¿Cómo es que aquéllos, indignos, posean lo que yo con sangre propia he pagado? No lo entiendo… no… no… no… no lo sé… No me imagino mi futuro, mucho menos tratar de plasmar mi oscuro pasado… ¿qué haré?... ¿qué haré?... la incertidumbre me acosa…
¿De qué sirve escribir estas palabras? Buena pregunta…
Y lo más triste de todo es que no puedo terminar mis días…”
No comments:
Post a Comment