Estupefacto.
Y controlado.
¡Maldición, qué poderosa sensación!
Ese cosquilleo en el cuerpo.
Ella no se detiene.
Luego la parálisis total.
Ella no se detiene.
El sol no es nada comparado con esto.
Y ella no se detiene.
Esos ojos oscuros...
como dos perlas negras,
profundas e infinitas.
¿Qué quieres de mí,amor,
si tú no me aceptas?
Si tú no me aceptas...
¿por qué me encantas?
No comments:
Post a Comment