Friday, March 30, 2007

Encanto

"Hay tantas cosas maravillosas en este mundo, y tú estás sobre todas ellas... te veo resplandecer en tu plenitud, en el fondo de esta habitación oscura, en mi soledad... te veo. Deambulo en calles, pasajes... tratando de encontrarte una vez más. De llenarme de ti una vez más. En una flor, en una luz, en una cicatriz de nube. Tu aura me invade de pronto... aura de suplicio, aura de perdición, sin embargo, te sigo persiguiendo. Te quiero a mi lado, te necesito a mi lado. Sin querer memoricé tu aroma... sin querer, memoricé tu silueta... sin querer, memoricé tus diversas curvas... condenándome a desearte. Si niña, te quiero"

Saturday, March 24, 2007

Ese día...

"Y ése día en el que el sol parecía no acabar, nuestros pies invadieron los jardines... sonreías, y mi vida entera de agonía parecía desvanecerse. El prado te tuvo en tu plenitud. Dormitabas. Quizás qué pensaban los dioses de mí al tenerte acostada a mi lado... cambiarían su inmortalidad por ser yo en ese momento, quizás... mi humilde mano de intento de poeta tocó tu rostro... y por un momento pensé que tocaba una felicidad eterna. El resto era el resto... el resto era sombras... el resto era ajeno... el resto era su mundo, porque esos segundos fuimos nosotros dos... y nada más. Sentía tus respiros en mi cara y con tus ojos entrecerrados me miraste. Sentía la luz pasar entre las nubes, como tu mirada entre tus pestañas. De niño, el nerviosismo, la vergüenza, me dominaban. Y sí mi amor es cierto, no sabía qué decirte. De golpe me abrazaste... me atrapaste... soy tuyo... y no pretendo dejarte escapar en esta complicidad de dos. Y tus labios... ¡mi amor tus labios!... perfección absoluta de vida, placer y dicha... sí, niña, me enamoro de los detalles... de tus detalles... rememoro esto, creyendo que sería un día común... y ahora... es el día en el que perdí mi razón por ti..."

Tuesday, March 20, 2007

Te lo digo sin rodeos...

“Y ya te lo dije. Te lo he confesado mi niña… quizás ahora qué me depara el futuro entre nosotros dos… me dices “¿tan rápido?”… yo te digo: “los sentimientos es cosa de segundos, pero olvido de miles de años”. Mi amor… la amo, créalo o no, la amo. Desde hoy hasta el final de las eternidades. Pero… después de caminar, yacía derrotado en las faldas de mi montaña, llorándote desconsoladamente, porque creo saber cómo terminará todo esto… creo sentir la derrota llegar, a pesar de mi coraje en batalla, de mi espada que sigue luciendo su filo, y mi armadura que aparenta indestructibilidad…¿qué estoy haciendo, mi amor? Te lloro como si te hubiese perdido, cuando ni siquiera te he ganado en batalla.Bien sabes tú, caro amor, que daría la vida por ti… por ti entraría en las gigantescas cargas de ejércitos malditos y perdidos… destinados a ganar lo que todo buen hombre desea… la gloria. Y yo pretendo hacerte mía. No a la fuerza, querido amor, sino con el maldito tiempo que detesto. Lo sé, soy obstinado. Déjame ser… te ví y me perdí bajo tus perlas y diamantes de tu rostro, ante la vida de tus labios, ante la pureza de tu piel… ante tu niña interior y tu mujer exterior.

Monday, March 19, 2007

Vuestro amor, mi batalla...

"No debo acelerarme. El guerrero no gana una batalla por derrotar rápidamente a su enemigo, sino por la estrategia formulada.

Y es que en sí el amor es una estrategia... es esta lucha eterna que poseo. Ella se llama... no... no puedo decir su nombre en vano. No quiero, no puedo, no debo perderla. Ya me di cuenta de mi misión a cumplir: Alegrarla, entretenerla, distraerla, llenarla de una dicha inimaginable, que conmigo sienta lo que con nadie ha sentido antes... y mi recompensa será mi propia felicidad...quizás ella misma.

Creo que fue el fin de semana más largo que he tenido. ¿Por qué será?... ¿porque la soñé, la imaginé, la pensé... la sentí conmigo? Quiero... no... quiero suena banal... deseo ser un caballero de la luz, el caballero que es para ella, para llenarla de dicha y defenderla a toda costa... aunque, como dije antes, perdiera la vida en el intento.

Creo que sólo con un acto de devoción podré ganarme su confianza... creo...

Como decía la canción:

"Y no sé, y no sé, y no sé... si amarte o retroceder..."

Te amo. Y bien quisiera que el amor que te brinde sea tu felicidad. Ese es mi mayor anhelo. Por ahora me resigno a verte y quemarte con mi mirada, encontrando en ti el reposo, la dicha, la exterminación de la soledad. Que me mires con tus ojos morenos, que me tomes mi mano cicatrizada de batalla con la vuestra. Y que me beses con tus labios llenos de vida...

¿Seré superficial?... quizás... quizás sólo resalte vuestros detalles físicos, pero me encanta vuestro ser..."

Confesión

“Quizás qué pensarás de mí después de esto…

Al recordar tu hermosa silueta, mi niña, me invaden imágenes de tiempos recientes… tú una vez dormiste a mi lado, y yo no pude sino admirarte en tu plenitud mientras mantenías cerrados tus ojos. No he podido resolver el misterio de tu mirar, la exquisitez de tu piel, el sabor de tus labios… tú, mi enigma más querido.

Te quiero, te quise y te querré, palabras que te repetiré una y otra vez, y creo que no me cansaré… te las puedo escribir, gritar, decir, dedicar… lo que sea, pero después de todo, siguen siendo pobres... Oh querida mía, te pido ayuda. Ayúdame a saciar esta sed de pasión, ayúdame a saciar esta sed de amor, ayúdame a saciar esta sed de cariño, ternura… esta sed de ti… ya la luna no me sirve, mi amor, ni el mar, ni el sol, ni el cosmos…

Esta botella me ayudará a encontrarte… estoy perdido sin ti… náufrago en la isla de mi corazón.

Se desborda mi amor por ti en mis lágrimas que caen incesantemente… en la sangre que fluye en mi cuerpo… y en la que he derramado… No pienso renunciar a ti, aunque me cueste la vida misma. Sólo tengo de ti un pequeño retrato y los espejismos breves que acosan mi mente. ¿Ya habré enloquecido?


Te amo…

Oh carta querida, siente la dicha de estar en sus manos, en sus divinas manos, dicha que no puedo disfrutar por ahora… sé feliz por mí, carta querida, de ser admirada por sus ojos mientras que leen mi señal de auxilio…

Ya la derrota se aproxima…

Veo borroso y me siento caer, pero sigo palpando tu piel en mi cabeza…

Ten calma amor, ya me voy...

Sólo quería que supieras que te amo…

Me voy…

Adiós…”